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Se cumplen 70 años del último parte de guerra sellado por el Estado Mayor del Cuartel General del Generalísimo, cuya versión manuscrita rezaba así: "En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. El Generalísimo Franco. Burgos 1º abril 1939".
Y en aquel mes de abril robado no terminó nada, sino que empezó todo. Valga como botón de muestra este primer infausto doctrinario impartido sin tregua, a diestro y siniestro, sin dejar el más mínimo resquicio a la disidencia de pensamiento o sentimiento... cuyo objetivo declarado era la formación del espíritu nacional de la infancia y la juventud.
Si bien a la generación 60 nos llovieron los últimos coletazos, aunque de la mano y del bofetón de algunos insignes agentes adictos hasta el fondo a aquel Régimen, en el caso de generaciones anteriores, como la de mi hermano, es que no les dieron el más mínimo cuartel: el maltrato y la represión fueron la moneda común de sus años escolares. A ellos, que hasta donde pudieron y les dejaron se opusieron a las múltiples facciones de aquel Régimen, va dedicado este escrito.
Y para acabar con algo positivo, una cita de futuro:
“Una fraternitat que és molt més que una solidaritat: és la clau per al nou mil·lenni d'una veritable política de civilització.” (François L'Yvonnet, en Edgar Morin (2008): On va el món? Cap a l'abisme?, Barcelona: Columna, 2009, pp. 12-13.)
comentario de prueba
Hola Enrique,soy tu hermano,quisiera significar que, en esos tiempos,quienes sufrieron las consecuencias de esa "Maldición" fueron los nacidos alrededor de los 30 y finales de los 40.Nuestras generaciones,la de los 50 y la de los 60 sólo recibimos los coletazos.Eso sí,unos más que otros.
Tienes razón, Julio. La aridez sin nombre se extendió como una plaga hacia detrás y hacia delante en las curvas del tiempo: afectó a las personas que provenían de una década de ilusiones y concecuciones republicanas y les cortó cruelmente las alas; fue afectando a lo largo de cuarenta años "de gloria", de más a menos, a los coetanos de aquella época; ha ido afectando a las generaciones venideras que se han visto obligados a partir de un retardo inconguente con su tiempo...
Por suerte, hoy en día, los anacronismos lo tienen crudo y se quedan en la cuneta.
"Así quiero ser yo" ¡Ja!¡Salud!
Afortunadamente hoy es difícil de explicar y de hacer entender a las nuevas generaciones que todo aquello pasó. Unos lo padecimos menos que otros pero, todos juntos, hemos conseguido renacer -como el ave Fénix-, de unas cenizas que nunca debieron producirse
los dias de lluvia , ja em parlarem